El único objetivo de Carmen Walker es vengar la muerte de su marido… o así era hasta que Creon Reykill la lleva a las estrellas. Carmen no deja de luchar contra él en un intento por volver a casa y terminar lo que ha empezado, y Creon hace todo lo que está en sus manos para sanar el corazón roto de Carmen. ¿Podrá convencer a Carmen de que le dé una segunda oportunidad al amor antes de que lo sacrifique todo, incluida su propia vida, por una venganza?
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A Creon Reykill se le atribuye la transformación de las guerras entre los valdier, curizanos y sarafin en una fuerte alianza, pero la victoria se cobró su precio. Creon ha abandonado toda esperanza de llegar a encontrar a su compañera predestinada bajo la creencia de que su alma es demasiado oscura como para merecerse esa felicidad… hasta que una mujer humana distinta a todas las mujeres que ha conocido es llevada a su mundo y Creon descubre que haría cualquier cosa con tal de hacer desaparecer las sombras que acechan en su mirada, ya que su simple presencia ha traído luz a su vida.
Carmen tiene un destino que cumplir y no puede dejarlo de lado, ni siquiera si eso significa cruzar a solas la galaxia para poner fin a lo que empezó. Creon necesitará recurrir a todas sus habilidades para mantenerse un paso por delante de ella, pero al final todo se reducirá a un único reto. ¿Podrá convencer a Carmen de que le dé una segunda oportunidad al amor antes de que lo sacrifique todo, incluida su propia vida, por una venganza?
La internacionalmente aclamada S.E. Smith presenta una nueva historia llena de acción, aventuras y romance. Rebosante de su humor característico, vívidos paisajes y personajes encantadores, ¡te aseguramos que este libro se convertirá en otro de los favoritos de sus fans!
No había dado ni tres pasos cuando notó cómo algo le rodeaba los tobillos, levantándole en el aire tan rápido que no tuvo tiempo ni de reaccionar. Antes de que pudiera darse cuenta se encontró colgando boca abajo y mirando un par de destellantes ojos castaño oscuro y dorado. Aquellos mismos ojos decididos y orgullosos pertenecían a una dragona igual de decidida y orgullosa de escamas blancas bordeadas de rojos, rosados y liliáceos. La dragona torció el cuello hasta poder mirar a Creon mientras este colgaba suspendido en el aire, sujeto por la cola de la dragona.
―Has descubierto a tu dragona ―dijo Creon, intentando contener su amplia sonrisa y luchando por soltarse mientras su compañera lo miraba como si estuviera preguntándose si debería dejarlo caer de cabeza o engullirlo de un bocado.
Una bocanada de aire cálido fue la respuesta a su observación.
―Sospecho que has descubierto algo más aparte de a tu dragona ― musitó Creon cuando Carmen lo alzó todavía más para poder mirarlo a los ojos con más facilidad.
Esta vez contestó con un gruñido bajo seguido de un resoplido. Creon la miró con cautela cuando Carmen giró la cabeza para observar la habitación, y posó la mirada en el mismo lugar que ella. Vio que todos los muebles habían sido apartados a un lado, dándole a Carmen más espacio para maniobrar bajo su forma de dragona. Empezó a sentirse un poco nervioso cuando Carmen empezó a balancearlo de un lado al otro.
―Carmen, puedo explicarlo ―empezó a decir justo antes de sentir cómo lo lanzaba por los aires.
